Cuando suben las temperaturas, nuestras mascotas pueden estar en riesgo. Aunque los paseos al sol o una siesta bajo la ventana parezcan inofensivos, el calor puede afectar seriamente a su salud. Por eso es fundamental saber detectar las señales de alerta antes de que sea demasiado tarde.
Cambios físicos que indican un problema
Los síntomas de golpe de calor en perros y gatos pueden aparecer de forma repentina. Algunos de los más comunes son:
- Jadeo constante y más fuerte de lo normal.
- Encías enrojecidas o muy pálidas.
- Babeo excesivo.
- Temblores o debilidad.
- Vómitos o diarrea.
- Respiración acelerada.
- Pérdida de conciencia en casos graves.
Si observas alguno de estos signos, es importante actuar rápido.
¿Qué hacer si crees que tiene un golpe de calor?
Lo primero es llevar a tu mascota a un lugar fresco y con sombra. Ofrécele agua poco a poco, sin obligarle a beber. Puedes mojarle suavemente el cuerpo con agua templada, especialmente patas, cuello y barriga, para ayudarle a bajar la temperatura.
Evita usar agua muy fría o cubitos de hielo, ya que eso puede ser contraproducente. Y, ante cualquier duda, contacta con tu veterinario de inmediato.
Mejor prevenir que curar
Durante los días calurosos, es mejor evitar paseos en las horas centrales del día y no dejar a tu mascota dentro del coche, ni siquiera con las ventanas bajadas. Asegúrate de que siempre tenga acceso a agua fresca y un lugar ventilado para descansar.
Y ante cualquier situación que te parezca extraña, consulta a tu veterinario.
