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Cómo afecta el sol a los gatos

Cómo afecta el sol a los gatos

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Si convives con un gato, seguro que más de una vez lo has visto estirado al sol junto a la ventana o buscando ese rincón calentito en el suelo. Esta pasión felina por los lugares soleados no solo es adorable, sino que también tiene una explicación natural y beneficios reales para su salud.

Al igual que ocurre con los perros (¡y con nosotros!), el sol ayuda a los gatos a producir vitamina D, esencial para mantener huesos y músculos fuertes. Sin embargo, a diferencia de otras especies, los gatos no absorben bien esta vitamina a través de la piel, por lo que la obtienen principalmente mediante la alimentación. Aun así, el calor del sol les aporta confort térmico y relajación, y les ayuda de forma natural a regular su temperatura corporal y su bienestar emocional.

Además, la exposición solar moderada estimula la producción de serotonina, conocida como la “hormona de la felicidad”. ¿El resultado? Un gato más tranquilo, más feliz y con mejor calidad de sueño.

Pero ojo, el sol también conlleva ciertos riesgos:

  • Quemaduras solares: los gatos de pelo claro o con piel rosada, sobre todo en orejas y nariz, son más sensibles.
  • Golpes de calor: en días muy calurosos, las altas temperaturas pueden afectarles, especialmente si están en espacios cerrados y sin ventilación.

Nunca dejes a un gato dentro del coche al sol, ni siquiera con las ventanas abiertas.

En resumen:

  • Deja que tu gato tome el sol, pero siempre con acceso a sombra y agua fresca.
  • Evita la exposición directa en las horas centrales del día.
  • Si tu gato tiene la piel sensible o clara, consulta con el veterinario sobre el uso de protección solar específica.

Un ratito de sol al día puede sentarle genial… ¡siempre con moderación y sentido común!

¿Tienes dudas? Consulta con tu veterinario de confianza.

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